Vamos con uno de esos títulos que si bien originalmente no gozaron del beneplácito de la crítica, el paso del tiempo podríamos decir que va poniendo en el lugar adecuado , pues una vez logramos obviar sus evidentes limitaciones (que las tiene), se pueden calificar no sólo como más o menos dignos sino ya abiertamente divertidos y hasta interesantes. Tenemos a un grupo de gente encerrada en edificio y un ser desbocado y sediento de sangre en ese mismo espacio. Ya de primeras si la cosa se maneja bien podemos tener despiporre...Una película que se adscribe al género de “Animal horror”, o lo que es lo mismo, a las películas de terror con animales amenazantes que atacan a las personas, y que en este caso es un mandril asesino , lo cual emparenta a este film de refilón con otros films de terror con primates, como `por ejemplo “Atracción diabólica” de George Romero. O incluso con la no tan famosa “Link” de Richard Franklin, ó si nos vamos algo más lejos con “Los crímenes de la calle Morgue”.
Un grupo de científicos-veterinarios a los cuales es
evidente que les gusta mezclar el trabajo con el placer y que experimentan con monos. El último de sus
experimentos, consistente en inyectar una nueva droga en el cerebro de un
mandril o babuino, para eliminar la agresividad
, sale mal y solo logran que este se vuelva aún más hostil e
inteligente. Tras un primer incidente lo dan por neutralizado dejándolo en un
cuarto con otros primates, pero este despierta y comienza a sembrar el terror.
Durante las siguientes
horas los científicos, que se comunican entre si por medio de walkie –
talkies , comienzan a jugar un extraño
juego de pistas y estrategia y a desplazarse por el edificio ajenos a la
amenaza que los acecha y el mandril , que ha logrado escapar y anda suelto da
buena cuenta de ellos y los va atacando uno por uno como si de un asesino en
serie se tratase. Y es que eso es básicamente lo que es el film: un slasher
animalesco y un auténtico body count de suspense y terror.
¿Momento destacables? Bueno. Ya de por sí las dosis de intriga
que la película mantiene en todo momento están lo bastante bien manejadas como
para enganchar al “videador” que haya decidido darle una oportunidad. Además
los ataques del mandril están bien rodados y las escabechinas que este produce
en sus víctimas nos regalan algunos buenos momentos de sangre. Pero lo
verdaderamente llamativo es precisamente lo minimalista de la trama y como esta
capta el interés a base de dosificar el suspense y el manejo del espacio de ese
“microcosmos” que es el edificio de oficinas con sus pasillos, habitaciones,
ascensores, escaleras...y el aprovechamiento de estos , que hace que el
espectador juegue a adivinar en donde está el rabioso atacante y cuándo volverá
a entrar en acción , o como podrán los colegas supervivientes librarse de él. El babuino “culo feo” es extremadamente virulento ,rápido y
tenaz , arremetiendo contra los humanos a la mínima de cambio. Lo cual hace que
no tenga nada que envidiar a otros homónimos asesinos del mundo animal, tales
como Cujo , el White dog de Fuller o el mismo tiburón de Spielberg.
Las escenas de sus ataques son reiteradas y notablemente violentas, jugando a mostrar y no recurriendo demasiado a elipsis ni insinuaciones, lo cual aleja a esta pelicula de otras del estilo que apostaban más por la "ocultación de la amenaza" dejando más a la imaginación.
Tampoco es que la historia nos acerque demasiado hacia ningún personaje por lo que no llegamos a empatizar en exceso con nadie y por eso se aleja de maniqueísmos y de héroes. Personalmente creo que esa cierta "asepsia" le hace ganar enteros a un film de estas características. Pues no es necesario y además cuenta en detrimento de una función donde lo que nos interesa es el oscurantismo, la crispación y la aspereza de la situación.Y no tanto el análisis moral. En en plantel de actores encontramos algunas caras conocidas
como Amanda Wyss (la primera víctima de Freddy Krueger) y el carismático Roddy
MaCDowall , que aquí hace de jefe del equipo científico. La nota de color la
pone el hecho de que el mandril asesino , es un babuino-actor amaestrado
llamado “Tifón”, el cual interpretó también al famoso primate que revienta
dentro de la máquina científica de “La Mosca” de Cronenberg. Al parecer el
proceso de adiestramiento del animal era complejo y tenía varias personas que
trabajaban en él, una de las cuales le susurraba palabras para enfurecerlo
y hacerlo atacar , mientras que otro
actuaba como “tranquilizador” del simio. ¡Curioso! El babuino Tifón también apareció en “El orden del águila
negra” (1987), y hasta donde sabemos , este film que nos ocupa fue su última aparición frente a la cámara.
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