Hacia finales de la gloriosamente friki década de los 90 algunos adolescentes del momento, ávidos de emociones fuertes, comenzamos a fijarnos en las tremendas portadas de las películas de un peculiar cineasta germano llamado Jorg Buttgereit , y el cual parecía ser considerado toda una eminencia en los circuitos underground del cine oscuro europeo y americano , por su alto contenido escabroso , sangriento y escatológico y por cierta filosofía singular que como un aura extraña parecía rodear sus historias. Sin embargo , la mayoría de sus films resultaron ser calificados como "X" según el sistema español de "catalogación moral", lo cual hizo que fueran estos básicamente inaccesibles para aquellos bisoños e imberbes pobres de nosotros que aún no habíamos alcanzado la mayoría de edad. Por lo tanto, estos se convirtieron en fascinantes objetos prohibidos y de deseo con los que , por el momento, solo podíamos soñar.
Sin embargo uno de aquellos títulos estaba considerado tan solo como un film violento y gore al uso (a pesar de mostrar explícitos y detallados planos de genitales , tetas, pililas y guarrindongueces varias) por lo que estaba tan solo considerado como "No recomendado a menores de 18; convirtiéndose asi en la pieza "butgeriana" más alcanzable y a su vez este hecho hizo que se convirtiera en al primer título de su director que muchos de nosotros visionamos.
La escasa trama gira en torno a un taxista que en sus ratos libres parece ejercer de asesino en serie y el cual mantiene su vida paralela en secreto mientras a su vez mantiene una peculiar amistad con una vecina que ejerce la prostitución y la cual sin saberlo es su principal "interés romántico".
Las escenas de asesinatos que muestra la peli son sin duda salvajes y descarnadas, aunque seguramente lo más desagradable y llamativo son otro tipo de escenas en las cuales se nos muestra como el colega da rienda suelta a sus instintos sexuales con masturbadores, juguetes sexuales y demás utensilios .
Y es que este engendro parece un intento de su director de rodar un film de asesinos y mentes perturbadas pero bajo su sello distintivo y sus técnicas y señas peronales que lo acercan casi al "arte y ensayo".
Asi, con una duración escasa de poco más de una hora de metraje el film se hace no obstante considerablemente lento y denso , fiel al estilo pausado y monótono de Buttgereit, y aunque tenemos un par de buenos momentos de fx y casquería, en lo que de verdad indaga y se recrea la peli es en los aspectos más psicológicos e internos de la mente del personaje principal, hasta el punto de que muchas veces no queda claro si lo que sucede es real o solo imaginaciones y ensoñaciones del individuo en cuestión...
E incluso en algunos momentos el propio protagonista ejerce violencia sobre si mismo de manera extrema , es víctima de otros que ejercen violencia sobre él en sus delirios y finalmente parece morir o quedar muy malherido debido a su propia torpeza cuando trata de eliminar las pruebas de uno de sus asesinatos. Un ejemplo de esto último es cuando , en una de las escenas más memorables el killer no duda en clavarse su propio pito con clavos en la mesa.
Queda claro pues que aqui la violencia no busca precisamente la espectacularidad sino que está simplemente al servicio de la película en tanto y en cuanto esta quiere transmitir la sordidez y lo sombrío del mundo que rodea al personaje y sus oscuros anhelos, por lo tanto los efectos gore, además de con cuenta gotas, resultan más bien secos y hasta algo extravagantes.
Podriamos hoy dia considerar a "Schramm" como la cuarta y última peli verdaderamente "hard" de su director y la cual cierra una etapa, ya que si bien el directo ha vuelto a abordar la violencia descarnada con posterioridad, ha sido con motivos muy puntuales y en realidad sus derroteros han ido más por otras corrientes, como el fantástico, el humor negro y en definitiva un cine más mainstream y menos arriesgado en términos generales.
Por lo tanto desde aquí hacemos un llamamiento por todo lo alto al viejo Jorg para que este vuelva al formato que le hizo famoso y que más fascinación provocó en su escacharrado y morboso público. "Vuelve Jorgito!!...te echamos de menos..."
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