domingo, 7 de septiembre de 2014

Según dicen la primera co producción hispano-japonesa de la historia del cine. Paul Naschy aqui no solo escribe y protagoniza sino que también dirige, y lo hace para contarnos la historia de un macho ibérico de mal vivir que se enrola en asuntos de la Yakuza japonesa y los traiciona. Evidentemente el tipo tiene que escapar y lo hace huyendo a España donde termina de huesped accidental de una extraña familia que vive en un viejo caserón. El tipo se enamora de una de las hijas pero al mismo tiempo empieza a tener extrañas sensaciones cuando sospecha que algo no marcha bien dentro de ese "hospitalario microcosmos" , y al final se nos revela que la familia suele celebrar una especie de fiestas en las que el canibalismo es la tónica general a la hora de sentarse a la mesa para degustar las artes culinarias.
Escenas grotescas con bastante mala leche (como la de cierto personaje devorado por cerdos) , secuencias de acción bien rodadas, algún que otro momento onírico muy oscuro, y una atmósfera de malrollismo generalizado hacen el resto, en esta la que posiblemente sea la peli más psicotrónica y a la vez esmerada de cuantas pelis realizó Naschy en su faceta de director.




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