Los 90 fueron mágicos para muchos de nosotros. En aquella
década nos dio por coger la vidocámara de nuestros padres y empezar a filmar
cosillas, influenciados sin duda por la maravillosa basura cinematográfica que
llegaba a nuestras retinas. Y tratábamos
de emular u homenajear a nuestros ídolos del celuloide.
Ambientada en un Nueva York español, una serie de personas
deciden desafiar al miedo y entrar en una casona destartalada y vieja donde les
aguarda un personaje a lo Drácula que los va matando de las mas variadas
maneras (estrangulamiento, martillazos o chupetones sexuales) . Esa es la
sencilla premisa que en este caso le sirve a Rodrigo Ratero para llevar a cabo
su primer acercamiento al formato cortometraje, y punto de partida de una
filmografía de la que ya hemos visto algunos títulos y de la que seguiremos
hablando próximamente en un especial monográfico. Rodada en 8 milímetros , cámara casera y mucho sentido del humor “Mátame hoy que mañana es tarde” es, vista hoy , oro puro que posiblemente solo los que vivimos aquellos años e hicimos cosas parecidas, sabemos apreciar en su justa medida. Vamos allá…..
Todo empieza con un grupo de chavales que quiere poner a prueba la valentía de un recién llegado. Para ello le retan a pasar una noche en una siniestra mansión abandonada, donde ocurren sucesos paranormales. En realidad el lugar está habitado por un violento conde vampiro asesino (que más bien parece una versión kitch de Quasimodo) y por su hijo fumdor. Por la mansión empezarán a circular todo un séquito de personajes durante toda la peli, compuesta por diversos sketches cómicos que lo que hacen es burlarse de muchos de los clichés del cine de terror.
Al mismo tiempo Ratero aprovecha la ocasión para rendir “homenaje cinéfilo” a diversas pelis de la década que le molaban (como “Reservoir dogs” o “El cabo del miedo”), al cine kinki , épico y de superhéroes y a la música cañera y videoclipera de años anteriores. También una mofa al mundo de la publicidad, que alcanzó cotas máximas de creatividad y absurdez surrealista en la década de los 90.
El producto es noventero independiente puro, con numerosos detalles que lo muestran. Lo primero a destacar es que Patxi lleva la camiseta de Iron Maiden que le compré al socorrista de la piscina de mi pueblo por aquello tiempos, pero que jamás me dio. Dicha camisetilla resulta teñida de sangre cuando el pobre Ratero (cojo tras ser atacado por un cocktail molotov durante un concierto de Eskorbuto) es atacado por el siniestro personaje “ChiquiDrácula” , teniendo tiempo eso si para una última llamada telefónica y para anunciar la banda sonora de la peli en cinta cassette.
También por el desternillante detalle de la fecha digital en la pantalla de la cámara que permanece visible hasta que es borrada por una señora en la calle , la cual depara en su presencia. El corto también juega a usar los errores de continuidad típicos del cine para reírse de ellos , usándolos como parte de la trama, que contiene fx artesanales como el uso de un arcaico Stop Motion o humo de cigarrillo.
La panda de jóvenes va a buscar a Patxi al caserón , y ,uno a uno van cayendo asesinados por el conde, que los va matando de las formas más yé yé y sinvergonzonas posibles. Finalmente y tras una serie de avatares, el conde resulta muerto por accidente y todos los peronajes (vivos y muertos) se juntan pare realizar un número musical que cierra la peli (recordemos que en aquellos momentos aún estaban muy de moda los grupos de niños que cantaban. ) El resultado final es una descacharrante peli-homenaje , hecha sin pasta y que arranca carcajadas por doquier y mucha nostalgia.
Un pequeño despliegue que asegura risas, indignación, asombro y raudales de diversión desacomplejada y auténtica.
Sirva el comentario de esta medio-metraje como aperitivo y
muestra de la época pre Miriobrigang de la filmografía de Ratero. Ya que este
título fue producido por “Dólar S.A” (nombre de peña de pueblo de los que le
ayudaron a llevar a cabo semejante delirio fílmico)
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