Un pintoresco mediometraje (no llega apenas a los 60 minutos de duración ) rodado con unos 150.000 pavos y en “MiniDV” en Allentown (Pennsylvania. USA) a lo largo de 5 años por sus responsables (Scott Krycia y Sean Tiedeman) , con pocos medios y es de suponer que gran aprovechamiento de recursos y circunstancias…
El filme comienza con una curiosa advertencia sobre lo
sangriento y desagradable del espectáculo que vamos a presenciar a
continuación. Presentada por una mujer que muy bien podría ser la presidenta de
alguna asociación de madres o movimiento protector del menor. La buena mujer
nos insta a que llamemos a un teléfono de aludidos para contar nuestra
experiencia tras verlo y nos anima a que entre todos erradiquemos los
bochornosos ejercicios de violencia peliculera gratuita. Juas Juas!!
Ya desde el inicio de la peli al espectador le queda claro (porque sus directores se encargan convenientemente de que asi sea jejejeje) ,que la película juega a reírse del género con diversas referencias, y por su tono sarcástico. Y sin tomarse en serio a si misma , compone un simple ejercicio de diversión fílmica , sin más.
Un grupo de jóvenes llegan a la guarida de un asesino en serie , simplón y de tendencia casi de “average guy” donde encuentran alguno de los cadáveres de las víctimas del susodicho.
Tras la introducción y el epílogo asistimos al
ajusticiamiento del criminal y de su hijo por parte de los jóvenes , que los
atan y calcinan ,prendiendo fuego a la propiedad.
De ahí en adelante asistimos a una serie de violentos y
descarnados ataques por parte de un asesino tipo Jason Vorhees (con careto de
calavera) hacia varias personas , sin ton si son.
El diseño de tal engendro es notablemente perturbador,
además es capaz de correr , desaparecer y hasta teletransportarse, además de
ser diestro con todo tipo de armas. Sospechamos que se trata del fantasma del
asesino. ¿O tal vez del espectro del niño? El caso es que este parece cargarse
a gente de forma aleatoria y en los más diversos lugares y circunstancias hasta
el absurdo y descabellado desenlace.
La película juega con un montaje propio de noticiario y de
hecho hace referencias continuas a los medios de comunicación y a los
telediarios , haciendo que la peli adopte en ocasiones un verdadero ambiente de
falso documental/docudrama. Con grandes elipsis temporales que hacen que no
entendamos muy bien nada de lo que ocurre. Claro que ¿Acaso importa?
Como rareza artística no está del todo mal, y seguramente
haya que tomarse el asunto como simple pieza experimental.
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