El Justiciero de Dios (1992)

martes, 10 de diciembre de 2013




Un misterioso sacerdote experto en artes marciales llega a una ciudad de EE.UU, y con la ayuda de “gadgets” religiosos (tales como cuchillos lanzables con forma de crucifijo, una pistola de oro con cruz en la empuñadura...) empieza a limpiarla de mafiosos, traficantes, rateros y demás “escoria malaje”... No obstante , un depravado y francamente desagradable asesino en serie que se alimenta literalmente de sangre pondrá a prueba a nuestro psicotrónico héroe...




Bajo esta sugerente y estrambótica premisa se abre la trama de “El justiciero de Dios” , una propuesta salida de las manos del director Robert Rundle (“Cybernator”, “Vampire Hunter”...).



Rodada con evidente escasez de medios, el magro presupuesto es suplido aquí con una colección de escenas oscuras y sangrientas protagonizadas en su mayoría por el cruel asesino (más o menos magistralmente interpretado por el llamativo Don Stroud) el cual extrae la sangre a base de jeringazos y sondas médicas para inyectársela o bebérsela, además de acometer sórdidos rituales con las calaveras de algunas desdichadas víctimas.





Entre medias tenemos numerosas escenas de relleno al más puro estilo telefilm , con una penosa y melosa subtrama de amor platónico (y no tan platónico) entre el cura guerrero y la joven protagonista que le pide su ayuda y no duda en provocarle mostrándole “carne” siempre que tiene la ocasión. Y otra en la que las bandas del crimen organizado realizan sus chanchullos y tratan de evitar al ensotanado prota. Penoso, aunque comprensible esfuerzo de elevar el tono de la peli , dada la escasez de recursos. No obstante esas escenas no valen ni el papel del guión en el que presuntamente se escribieron , y lo más destacable procede de las andanzas del asesino vampírico y el duelo a muerte entre el curilla luchador y este repugnante ser, el cual pone el desenlace seguramente como lo más álgido de la película.









Con un tono general de “rodado en video” y delivaradamente manifiesta lentitud en el desarrollo de la historia , esta basurilla contiene no obstante momentos lo suficientemente obscuros , fuertecillos y surrealistas (inolvidable la secuencia en la que ,en su delirio, el asesino entabla conversación con un cráneo ensangrentado tras despellejarlo al más puro estilo Predator..) como para arrancarle unas risotadas macabras a cualquier gourmet de la basura serie Z más casposoide y bizarra.







Como dato anecdótico, tenemos la presencia de Robert Z´Dar en gangsteril y peleón papel secundario , y de Jan Michael Vincent en papel de sacerdote que acaba malamente a manos del criminal principal , dentro de... un confesionario!!